lunes, 28 de julio de 2008

El faro de Eddystone

Ya he comentado algunas cosas sobre el faro de Eddystone. Ahora sólo faltaría dar algunas vueltas a su alrededor. Quizás este verano :-)



El mar, día a día. 28 de julio.

Reino Unido. El nuevo faro de Eddystone, mar adentro a la altura de Plymouth.

Durante la noche del 7 al 8 de diciembre de 1703, la tormenta más violenta jamás registrada en Europa se abatió sobre Inglaterra. El faro de Eddystone, construido sobre un peñasco aislado mar adentro a la altura de Plymouth, fue literalmente barrido por las rompientes, convirtiéndose en uno de los primeros faros en desaparecer en el mar. En esa época, la arquitectura de un faro era un trabajo portentoso. Se instalaban balcones, balaustradas, garitas, y se realizaban inscripciones talladas en la piedra, «Pax in bello» era la inscripción sobre los muros del faro de Eddystone: «Paz contra la guerra». En el momento de su construcción, Luis XIV, entonces en guerra contra los ingleses, tuvo la ocasión de dar la réplica a este leyenda grabada sobre el granito. La arrogancia de un corsario francés le condujo a hacer prisioneros a los arquitectos y obreros que acababan la construcción de Eddystone, entregándolos al rey quien los hizo castigar severamente. Entonces, Luis XIV hizo liberar a los prisioneros cubriéndolos de ofrendas, afirmando que no estaba en guerra contra la humanidad. En la actualidad, la silueta del faro ha cambiado mucho, ya que culmina con una plataforma donde pueden aterrizar los helicópteros de avituallamiento.


- - - fin del día 28 de julio - - -

Como rickp ya tiene una magnífica foto del Eddystone, con fondo de los acantilados de Ram Head, he elegido otra foto, a marea baja. en la que se ven perfectamente las Rocas del Eddystone :-) Por ello no puedo resistirme a poner la siguiente foto: navegante, que disfruta de la proximidad del Eddystone :-)




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2 comentarios:

  1. Mar adentro, mar adentro,
    y en la ingravidez del fondo
    donde se cumplen los sueños,
    se juntan dos voluntades
    para cumplir un deseo.

    Un beso enciende la vida
    con un relámpago y un trueno,
    y en una metamorfosis
    mi cuerpo no es ya mi cuerpo;
    es como penetrar al centro del universo:

    El abrazo más pueril,
    y el más puro de los besos,
    hasta vernos reducidos
    en un único deseo:

    Tu mirada y mi mirada
    como un eco repitiendo, sin palabras:
    más adentro, más adentro,
    hasta el más allá del todo
    por la sangre y por los huesos.

    Pero me despierto siempre
    y siempre quiero estar muerto
    para seguir con mi boca
    enredada en tus cabellos

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