Los calzos son piezas de madera o de metal que sirven para mantener el barco de pie cuando está varado.
Deben ser de 8 a 10 centímetros más cortos que la quilla, pues en caso contrario, si ésta se hunde un poco en el suelo todo el peso del barco descansaría en los puntos de fijación de los mismos.
La superficie de su pie debe ser proporcional al tamaño del barco; si este pie es demasiado estrecho, un calzo que estuviera muy sobrecargado se hundiría y trabajaría en falso, pudiéndose romper; si el pie es demasiado grande y está sobre un suelo blando, no se hundirá lo suficiente en relación a la quilla. Según nuestra experiencia, la superficie del pie de un calzo debe ser de 5 decímetros cuadrados para un Corsaire, de 8 para una Galiote y de 10 para un Arpège. Por el contrario, un calzo cuyo pie sea de 10 decímetros cuadrados es excesivamente grande para un Corsaire.
Estas piezas van normalmente sujetas con pernos a la borda, en caso de que el barco tenga; si no, directamente al propio casco (en ese caso, no hay que olvidarse de poner tapones en los agujeros, una vez quitados los calzos...) Está claro que estos puntos de fijación deben ir reforzados.
Incluso en los barcos pequeños, los pernos de los calzos deben ser muy gruesos, pues en otro caso se tuercen enseguida. Para darnos una idea de su grosor, digamos que se suelen utilizar pernos de 14 milímetros para un Corsaire, de 20 milímetros para un barco de 2 toneladas y de 25 milímetros para uno de 10 toneladas.
Por último, para que los calzos se mantengan completamente verticales, hay que sujetarlos con vientos que se afirman al pie del calzo y se tensan en cubierta, lo más cerca posible de la roda y del espejo de popa (en cornamusas, no en los balcones). Con este fin, se utilizan preferentemente cabos de polipropileno, que son poco elásticos.
[ calzo: fr. bequille, en. leg ]
[ viento: fr. garant, en. guy ]
[ El Curso de navegación de Glenans. Ediciones Tutor, 1993. Traducción realizada por Cristina Puya, revisada y corregida por el CINA, Centro Internacional de Navegación de Arosa ]
Las itálicas son mías. Voilà, ya está más claro eso de las bequilles.
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