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viernes, 11 de abril de 2008

Bono en el Morbihan

Vaya, parece que en Bretaña abundan los cementerios marinos: no hace mucho descubrí Kerhervy, cerca de Lorient, y hoy el de Le Bono [ googleearth: 47º38'N + 2º57'W ], en el golfo de Morhihan. Me imagino que la combinación de tierras bajas, con poca pendiente y grandes mareas es propensa a crear estos cementerios.


El mar, día a día. 11 de abril.

Morbihan. El cementerio marino de Bono. Aquí venían a morir los forajidos del golfo.

El más sencillo de los esquifes, la balsa, la mínima expresión de un barco, está construido con leños. La madera se utilizó para construir todas las embarcaciones de la Tierra, incluidos los grandes barcos de 4 o 5 palos que desaparecieron después de la Primera Guerra Mundial; el hierro y el acero se emplearon al principio con moderación pero, poco a poco, sustituyeron a la madera en la construcción de los grandes barcos. Al final de su vida o por accidente, la madera y el acero vuelven un buen día al mar, roídos por el agua. Los pecios aislados y los nostálgicos cementerios marinos están llenos de estos cascos destripados o simplemente exhaustos que se consumen lentamente en el limo de los estuarios. El plástico, más dificil de digerir que la madera y más coriáceo que el acero, resulto imposible de tragar. Sin embargo, en los años setenta entró de lleno en los astilleros de embarcaciones de recreo. ¿A dónde irán a morir estos cascos blancos una vez abandonados? Se ignora, pero de su santuario no emanará sin duda tanta emoción y poesía como del cementerio marino de Bono.

[ jeplor ]

- - - fin del día 11 de abril - - -

Ciertemente poético. Sin embargo, con sólo estas fotos y el comentario de Plisson, uno se imagina una vida decadente. Pues no. Le Bono tiene concentración de aprendices de navegantes.


Y un curioso puente para unir las dos orillas, además de veleros amarrados :-)


En este pueblo de Le Bono, nos dejó, y aún descansa, el gran Bernard Moitessier. Razón de más para ir algún día.


Cambiando de tercio, he aprovechado para navegar un poco por estas aguas casi-dulces. Descendiendo por el río una media milla se encontrara otro afluente. Se puede remontar a vela. A unas 2 millas y media, río arriba, se encuentra un pueblecito, Saint Goustan, con un embarcadero pequeñísimo, pero digno de verse. Apetitoso :-)




Para terminar, y ya que se habla de materiales utilizados en la construcción de barcos, ya sea la madera, metales o plásticos, aprovecho para decir que se han olvidado del ferro-cemento. En el anterior enlace hay algunas opiniones al respecto. De paso, tendré a mano la web de Banik, estos franceses que se embarcaron, allá por 1999, con sus crios, para dar la vuelta al mundo. À suivre.


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