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Nevegando en Cruceros Glénans

Siempre es dificil orientarse en un blog . En este, no menos. Primero, como siempre, conviene revisar la Bitácora , ya que cuenta el objetiv...

martes, 26 de mayo de 2020

Averia en medio del Golfo de Vizcaya

Para volver un poco a la normalidad he releido las 4 bitácoras de mi crucero del 91.

El la marcada como del 11 de agosto ya había expuesto mis dudas respecto a la fecha:
Pues entonces, supongo que hacia el 13 de agosto, al final de la tarde, debimos continuar nuestra travesía. Eso lo recuerdo bien. Pasamos a unas 5 millas de Les Sables-d'Olonne.
He decidido hacer un repaso (senti)mental de dicha singladura, suponiendo que las bitácoras del 6, 7 y 10 de agosto son correctas. Si mi memoria no me falla podría haber sido el siguiente calendario:

Cuadra el fin de semana inicial: llegada el viernes por la noche a La Coruña. El sábado 3 conoceríamos a los tripulantes y al monitor, para luego avituallarnos para la quincena que nos esperaba.

El domingo 4 saldríamos por la mañana en dirección a Finisterre. Recuerdo que llegamos al final de la tarde. Lo que me permitió sacar alguna foto de los acantilados impresionantes, aún con bien tiempo, cercanos al pueblo de Finisterre. Al día siguiente a dormir cerca de Malpica, y el martes 6 de agosto, hasta Cedeira, que ya está contado en la correspondiente bitácora.

El miércoles 7, de Cedeira a Cariño, lo recordé en la bitácora del 7 de agosto. Lo que no cuento es que hicimos una navegación nocturna, para llegar de madrugada a Cudillero. Visita del precioso pueblecito asturiano por la mañana del jueves 8. A continuación navegacion hasta Luanco, sidrina y después llegada gozosa a Gijón, al final de la tarde. Allí seguro que dormimos una noche, pero no voy a entrar en detalles.

Sobre el viernes 8, lo que sí puedo decir es que hice una reparación de fortuna del receptor de la antena del GPS, con un soldador de estaño que me pude agenciar. Después, y habiendo repostado gasóleo, zarpamos hacia las 2 de la tarde rumbo a Saint-Martin-de-Ré, a donde llegamos de madrugada, hacia las 8, después de 90 horas de navegación, a vela y cuando no había viento, a motor (el famoso Iron Spinnaker del querido Jonathan).

Ya he mencionado un poco sobre la travesía en la bitácora del 10 de agosto, sobre la estrellita. En general poco viento, pero nos ocurrió un percance que no he reflejado en ninguna bitácora, porque estaba aún comenzando esa (buena) costumbre. Y es que una de las últimas noches, y posiblemente la del 11 al 12, estuve al timón con viento flojo. Al amanecer me fui a dormir, bastante cansado ya que era mi primera gran travesía de alta mar. Me desperté sobresaltado por un gran ruido en cubierta, amplificado en el interior del crucero. Era ya de día. Salgo rápidamente y ¿qué veo en medio de la mar océana? A mis compañeros inflando el anexo, y uno de ellos, creo que se llamaba Bruno, en traje de baño, temblando.

Lo que había ocurrido era que poco después de terminar mi turno, ya dormido, debió desaparecer el poco viento que soplaba y habían decidido poner en marcha en motor, para ganar millas, ya que el monitor tenía cita con una amiga en Saint-Martin-de-Ré, y no se podía permitir llegar con retraso. Parece ser que después de un tiempo de uso ocurrió algo (no tan) increible. Se paró el motor. Una vez analizado el incidente se dieron cuenta de que había una red enredada en la zona de la hélice del motor: una red en medio del Golfo de Vizcaya. Posiblemente algún pesquero desaprensivo habría decidido cortar alguna de sus redes y dejarla a la deriva.

El monitor no encontró otra solución que bucear y con una navaja intentar liberar la hélice. Decidieron que el más joven, Bruno, alrededor de 20 años y recien terminado su paso por el ejército, sería el más apropiado para la tarea. Bruno es el que aparece en la foto en un café del puerto de Saint-Martin-de-Ré, que ahora he marcado con un círculo naranja.

[ Tripulación en San Martín de Ré más una menos Vitto ]
[ Fotógrafo: naveganteglenan ]

Parece ser que ya había bajado a pulmón libre 2 o 3 veces, y no había conseguido liberar la hélice. El agua estaba fría y pensaron que lo mejor era inflar el anexo para que pudiese descansar fuera del agua cuando fuese necesario. Y ahí me despertaron los ruidos. Algunos intentos más, y nuestro héroe Bruno consiguió cortar los hilos de la red que se habían enrollado en el eje de la hélice y la habían atascado. ¡Qué suerte tuvimos! porque por lo menos estábamos a unas 20 horas de la costa.

No hubo más incidencias y lo siguiente que recuerdo es la llegada a la isla de Ré, al puerto de Sain-Martin-de-Ré.


A falta de más bitácoras, creo recordar que posteriormente hicimos una navegación nocturna hasta la isla de Houat. Desde ahí hicimos una visitita a la isla de Belle-Île, al puerto de Sauzon.

[ Fuente: Google Maps ]

De ahí al querido Archipiélago de Glénan, al que llegamos con una nueva pequeña incidencia. Al amanecer, ya cerca del archipiélago, se vuelve a desconectar la antena del GPS que yo había soldado como había podido en Gijón. Vagamente recuerdo que calculamos nuestra posición como pudimos y continuamos la navegación a la estima.

Menos mal que no se estropeó en medio del Golfo, porque al final, y aunque estábamos en un curso de Glénans, utilizamos demasiado el GPS :-)



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