El mar, día a día. 7 de agosto.
El faro de Kéréon, en el mar de Iroise, es el último de los faros habitados y sigue operando de forma manual para mayor felicidad de los que lo guardan.
La heredera del Señor Le Dall de Kéréon, guillotinado durante la Revolución, donó una buena suma de dinero para inmortalizar el apellido de su abuelo, edificando en su honor un faro. Así, desde el año 1916, y a pesar del embate de las olas sobre sus muros de más de 40 metros de altura, el faro de Kéréon se yergue sobre los escollos de Men-Tensel, «la piedra malhumorada», señalizando impasible el paso entre Molène y Ouessant. Si por un lado cuesta imaginar que el interior de esta construcción está revestida de marquetería y tiene un mobiliario suntuoso -aditamentos que disimulan esta austera torre de piedra sepultada por la espuma de las rompientes-, por otro es fácil suponer las duras condiciones de vida que deben sufrir sus habitantes en muchas ocasiones. El faro de Kéréon es el último faro francés en el que el relevo de los guardianes se realiza con un sistema de poleas, cual marionetas suspendidas por sus hilos. Este faro sirve de centro de formación de personal, razón por la cual se mantiene sin automatizar. Y es que para conservar y reparar los faros siempre será indispensable la profesionalidad y habilidad de la mano del hombre, ¡por lo menos, hasta ahora!
[ kereon_bretagne ]
[ Fotógrafo: enfp_kimberly ]
[ Fotógrafo: enfp_kimberly ]
- - - fin del día 7 de agosto - - -
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2 comentarios:
La verdad es que no quiero hacer ningún comentario a este post. Me gustaría que te pongas en contacto conmigo, porque tenemos la misma afición. Mi email es info@aspiunza.com.
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Y un último detalle para darte un poco de envidia: Yo si he estado en Brest 2008 ... ¡impresionante!
Hola Rafa, le echare una ojeada en cuanto vuelva de vacaciones. Saludos desde Skye.
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