El mar, día a día. 17 de agosto.
Pornichet. En la Navidad de 1999, voluntarios procedentes de Belle-Île a Noirmoutier se organizan espontáneamente para combatir la macabra marea negra provocada por el petrolero Erika.
Con las botas hundidas en la materia viscosa que ha vertido el Erika, un ejército de voluntarios, en un movimiento de solidaridad que movilizó a toda Francia, lucha contra la marea negra. Una más en nuestra memoria colectiva, familiarizada ya con las costas y las aves empapadas de fuel a causa de los naufragios del Exxon Valdez, el Amoco Cadiz o el Prestige. Pero sólo se trata de una ínfima parte de la suciedad de los océanos. De los 3 millones de toneladas de hidrocarburos que contaminan cada año los mares del planeta, sólo el 12 % procede de catástrofes como la del Erika. En cambio, el vaciado y la limpieza de los tanques que realizan en el mar los buques petroleros y cargueros, así como las actividades humanas en tierra, constituyen las dos terceras partes de esta contaminación. Menos visibles, pero igualmente preocupantes, son las contaminaciones crónicas procedentes de los residuos industriales, urbanos y agrícolas vertidos en los cursos de agua, así como la contaminación atmosférica (con mercurio y plomo, muy nocivos), que va a parar a los océanos a través de las lluvias. Así pues, las dos terceras partes de la contaminación de los océanos procede en realidad de la tierra.
[ Pornichet, Noël 1999, les bénévoles s'organisent ]
[ Fotógrafo: Philip Plisson ]
[ Fotógrafo: Philip Plisson ]
- - - fin del día 17 de agosto - - -
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